jueves, 28 de julio de 2016

Anorexia y trastornos menstruales

Anorexia y trastornos menstruales
La anorexia nerviosa es un trastorno de la alimentación que se presenta con mayor frecuencia en las mujeres. Es común que estos trastornos afecten muchas funciones corporales, entre ellas la menstruación. A continuación se comentan de manera general las causas y consecuencias de estas alteraciones. 
Anorexia y salud Actualmente se sabe que la anorexia es un trastorno común derivado del deseo compulsivo de perder peso aun cuando esto afecte a la salud.
Debido a que las personas que la sufren comen demasiado poco y solo cierto tipo de alimentos, existe una desnutrición importante que afecta a la salud. La función sexual es una parte importante de la salud por lo que se afecta rápidamente cuando se presenta la anorexia.  
El control del ciclo menstrual  Para que se pueda presentar la menstruación se requiere que todos los sistemas del cuerpo estén funcionando correctamente. El control de la menstruación inicia en el cerebro en la región conocida como hipotálamo el cual libera hormonas que controlan a la hipófisis (glándula maestra). La hipófisis a su vez genera impulsos hormonales que regulan el funcionamiento de los ovarios.  
El hipotálamo funciona como un “sensor” del estado general del cuerpo, en él se
recibe información general del cuerpo, incluyendo temperatura, metabolismo y las reservas corporales. Si el peso del cuerpo no es el adecuado (tanto exceso de peso como peso bajo) las señales del hipotálamo pueden alterarse, causando irregularidades menstruales.  
Anorexia y menstruación Cuando el peso es muy bajo para la estatura de una mujer, no existe un sustrato adecuado para lograr un embarazo saludable ya que se pondría en riesgo la salud de la madre y el bebé. El cuerpo echa a andar los sistemas necesarios para evitar un embarazo en estas circunstancias enviando al hipotálamo las señales que indican que las reservas corporales no son suficientes para un proceso extenuante como un embarazo o la pérdida de sangre asociada a una menstruación normal ya que existe el riesgo de exacerbar la anemia que de por sí, la mayoría de las mujeres con anorexia padecen. 
 El resultado, de esta señal es que los ciclos menstruales se detienen, disminuye la producción de estrógenos y el sistema reproductor se queda “en pausa”.  
Las  consecuencias de los trastornos menstruales en la anorexia La falta de ciclos menstruales en una mujer con anorexia es un reflejo de que el proceso está afectando a los sistemas hormonales y es generalmente uno de los primeros signos de alteraciones importantes en el cuerpo que se producen como consecuencia de la anorexia. 
Se considera que la falta de estrógenos asociado a la anorexia es uno de los factores que contribuyen con mayor fuerza a la osteoporosis que se encuentra en estas mujeres.  Una secuela importante es que las mujeres padecen infertilidad mientras se encuentran en estas circunstancias. 

miércoles, 27 de julio de 2016

Consejos sobre obesidad





Tips sobre Obesidad

1. El sobrepeso y la obesidad son estados de excesiva acumulación de grasa, suficiente para alterar la salud del ser humano. La obesidad se genera cuando ingresan al organismo más calorías de las que se queman, estas se depositarán como grasa.

2. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualmente cerca del 30% de la población sufre de alteraciones relacionadas con la obesidad. Más de mil seiscientos millones de personas adultas mayores de 15 años tienen sobrepeso y, de ellas, al menos 400 millones son obesas. Los índices de sobrepeso y de obesidad en Latinoamérica crecieron cerca de un 40 por ciento entre los años 2002 y 2010.

3. Entre esos países se incluyen todos los de ingresos altos y medianos.

4. El 44% de los casos mundiales de diabetes, el 23% de cardiopatía isquémica y del 7–41% de determinados cánceres son atribuibles al sobrepeso y a la obesidad.

5. La obesidad es uno de los diez factores que la OMS identifica como responsables de más de la tercera parte de las muertes, también admite que cada año fallecen por lo menos 2,6 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad, enfermedades prevenibles.

6. El exceso de grasa aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular y de otras enfermedades vasculares periféricas, lo que da pie a alteraciones osteomusculares (artritis), facilita la apnea del sueño y multiplica por tres el riesgo de padecer hipertensión arterial, dislipidemia, enfermedad coronaria y diabetes tipo 2.

7. Pérdidas moderadas de peso en el rango de 5 a 10% del peso inicial, son suficientes para reducir eventos cardiacos, la mortalidad cardiaca, y disminuir en 58% el riesgo de desarrollar diabetes tipo II. También sólo con esta pérdida se mejora la hipertensión y el control glicémico.

8. Se considera obesa a una persona con un índice de Masa Corporal (IMC) superior a 30, el cual se puedes establecer a través de la división del peso por la estatura al cuadrado de las personas. - Si el resultado te da hasta 25 es normal, si está entre 25 y 30 significa que tienes sobrepeso y si es mayor de 30 es obesidad grado I, que sube progresivamente hasta grado III. ÍNDICE DE MASA CORPORAL

9. La circunferencia de la cintura es uno de los parámetros para estimar la grasa abdominal, se dice que se tiene un exceso de grasa abdominal si mide más de 90 para los hombres y 80 para las mujeres.

10. El exceso de grasa no sólo se mide por el Índice de Masa Corporal ya que este índice no aplica para personas embarazadas, deportistas, niños ni ancianos.

11. La obesidad en los adultos es grave, uno de cada dos colombianos presenta exceso de peso. Las cifras de exceso de peso aumentaron en los últimos cinco años.

12. El exceso de peso es mayor en las mujeres que en los hombres.

13. La obesidad abdominal como factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares.

14. Los hábitos saludables en alimentación no son buenos,  uno de cada 3 (33,2%) colombianos entre 5 y 64 años no consume frutas diariamente y cinco de cada siete (71,9%) colombianos entre 5 y 64 años, no consumen hortalizas o verduras diariamente.

15. El porcentaje de mujeres entre los 15 y 49 años con sobrepeso en el año 2000 era 40.8%, pero aumentó a 49.6%. 16. Para el año 2007 el sobrepeso en la población entre 18 y 69 años llegó al 46%. Según la OMS el 13.7% de la población colombiana podían ser catalogados como obesos.

17. 3 a 5 de cada 10 personas adultas tenía sobrepeso y cerca del 15% presentan obesidad.

18. La obesidad genera múltiples problemas para la salud; podría decirse que todos los órganos son afectados por esta alteración, bien sea por el exceso de carga mecánica, por fenómenos obstructivos, compresivos o por efectos bioquímicos y moleculares originados en el exceso de tejido adiposo.

19. El riesgo de muerte prematura en pacientes con obesidad es el doble, comparado con aquellos sin obesidad y el riesgo de muerte cardiovascular está incrementado cinco veces.

20. El control hormonal del peso se mantiene durante la vida adulta razón por la cual, los seres humanos tenemos un peso constante durante este periodo

21. Estudios demuestran que perder peso mejora el pronóstico vital de los pacientes y disminuye enfermedades que se asocian al exceso de peso ya que reduce la mortalidad, mejora el control de la diabetes o la hipertensión y aporta beneficios personales como mejorar la calidad de vida y la autoestima.

22. El estado de salud de cada persona depende de sus hábitos alimentarios.

martes, 26 de julio de 2016

Otros determinantes del desequilibrio energético



La obesidad se ha incrementado,1 el rápido aumento de la prevalencia de sobrepeso y obesidad en el mundo ha demostrado que los cambios ambientales son el principal determinante de esta epidemia, con factores genéticos que probablemente modifican la susceptibilidad individual a estos factores ambientales. La etiología de la obesidad es multifactorial. Sin embargo, la raíz causal en el desequilibrio energético es: más calorías consumidas que las gastadas.
Determinantes de comportamiento y ambientales causantes del desequilibrio de energía, incluyen factores que incrementan el consumo calórico como el aumento en el tamaño de las porciones, el consumo de bebidas azucaradas, hidratos de carbono refinados, y alimentos fuera de la casa, advirtiendo que el sobreconsumo de tales alimentos, y factores que promueven un estilo de vida con un reducido gasto energético diario, como demasiadas horas viendo televisión y ambientes en casa, escuela y trabajo que fomentan menos caminata, menos educación o actividad física, y más tareas sedentarias.
 Otros determinantes del desequilibro energético pueden incluir la disminución en las horas de sueño,2 agentes infecciosos como el adenovirus-36,3 consumo de grasas trans,4 exposición perinatal,5 y diferencias en la calidad de los macronutrientes (ej. hidratos de carbono con baja vs alta carga glicémica) que pueden alterar el metabolismo o el apetito.
6 El desequilibrio energético permite almacenar el exceso de energía en los adipocitos, los cuales exhiben hipertrofia e hiperplasia. Los procesos de hipertrofia e hiperplasia adiposa están asociados con anormalidades intracelulares de la función del adipocito, particularmente el estrés del retículo endoplásmico y mitocondrial, resultando consecuencias intracelulares y sistémicas que incluyen resistencia a la insulina en el adipocito, producción de adipocinas, ácidos grasos libres y mediadores inflamatorios, y promoción de la disfunción sistémica que produce manifestaciones clínicas y secuelas de obesidad. Hay investigaciones en curso dirigidas hacia las implicaciones del laboratorio y los potenciales efectos de las intervenciones farmacológicas y del estilo de vida para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades asociadas con la obesidad.
Hipertrofia e hiperplasia adiposa
El desequilibrio crónico de calorías consumidas vs gastadas causan un aumento en el almacenaje del exceso de energía en forma de depósitos intracelulares de triglicéridos en el adipocito. El incremento en la masa grasa se manifiesta como el aumento de lípidos intracelulares y gran tamaño del adipocito (hipertrofia) y en el número de adipocitos (hiperplasia) (Figura 1).
La hipertrofia del adipocito, evidente en pacientes con sobrepeso y diabetes tipo 2,7 fue originalmente considerada como la única ruta por la cual la masa del tejido adiposo aumenta en los adultos; sin embargo, ahora se sabe que la hiperplasia del adipocito (adipogénesis) contribuye al incremento de la masa de tejido adiposo en la obesidad.
Estudios en animales sugieren que la hiperplasia ocurre en dos pasos: un aumento en el número de preadipocitos y la diferenciación de preadipocitos a adipocitos maduros (secreción de adipocinas).
 Los factores reguladores de la hipertrofia e hiperplasia adiposa no están claramente entendidos, pero las concentraciones de insulina circulante y glucocorticoides parecen estimular la diferenciación del preadipocito8. Estudios in vitro sugieren que factores liberados localmente por los adipocitos hipertrofiados, como el factor de necrosis tumoral (FNT)‡- y el factor de crecimiento insulinoide (IGF)-1, estimulan la hiperplasia de manera paracrina.8 La hormona de crecimiento y la tiroxina aparentemente también tienen un papel en este proceso, aunque la hormona de crecimiento parece tener efectos contradictorios in vitro vs in vivo, tal vez debido a diferentes sitios de deposición adiposa.
8 Varios factores de transcripción influyen en la diferenciación de preadipocitos; el receptor-
11 Algunos experimentos en animales sugieren que la hiperplasia del adipocito puede ocurrir después de la hipertrofia y ser asociada con una gran severidad y menos reversibilidad de las consecuencias metabólicas,12,13 pero esas diferencias de potencial no están bien establecidas, siendo necesarias investigaciones adicionales para elucidar la importancia relativa de la hipertrofia vs hiperplasia del adipocito en humanos.
La hipertrofia, la hiperplasia o ambas, ocurren en respuesta al desequilibrio energético, pudiendo variar con la localización del tejido adiposo. Por ejemplo, las mujeres con mucha masa grasa subcutánea exhiben tanto hipertrofia como hiperplasia del adipocito, mientras que el aumento de la grasa omental es principalmente debido a la hipertrofia.9 Drolet et al.
sugieren que la deposición subcutánea de grasa ocurre tempranamente en la obesidad, con deposición visceral que sucede sólo después de que la capacidad subcutánea se ha alcanzado.9 Algunas evidencias sugieren que el exceso de grasa subcutánea puede tener menos efectos adversos a la salud que el exceso de grasa visceral.14 En humanos, en la grasa omental se observaron más frecuentemente macrófagos y la expresión del factor inflamatorio proteína monocito quimioatrayente-1 (MCP-1) que en la grasa subcutánea, y la expresión de MCP-1 correlacionó con la circunferencia de la cintura y posiblemente con la resistencia