viernes, 23 de diciembre de 2016


La hipertensión arterial con una causa subyacente debe sospecharse siempre que se encuentre con casos que sean de difícil control, que se presenten en los extremos de la vida o que no presenten las características típicas de los pacientes con síndrome metabólico y/o riesgo cardiovascular.
 Dentro de las causas de hipertensión arterial secundaria ha cobrado mayor importancia en épocas recientes el Aldosteronismo primario, debido en parte a la mejoría en la capacidad de detección y también a una ampliación de los criterios para tomarlo en cuenta como parte del diagnóstico diferencial. 
Acá presentamos un caso de hipertensión arterial de muy difícil control y que presenta las características clásicas  de esta entidad, y en el que se ha logrado un control médico no medicamentoso satisfactorio luego del abordaje quirúrgico del mismo. 
La hipertensión arterial secundaria siempre se debe de sospechar en los extremos de la vida y cuando es refractaria al tratamiento, dentro de las causas de la misma se encuentra hiperaldosteronismo primario, enfermedad renovascular, trastornos hipertensivos del embarazo, feocromocitoma, entre otras. Con la medición rutinaria de la relación aldosterona plasmática y renina plasmática, la  prevalencia de hiperaldosteronismo primario se reporta alrededor del 5-18% del total de los pacientes hipertensos (1).
En pacientes con hipertensión e hipopotasemia  es necesario descartar hiperaldosteronismo primario, se deberá de medir el cociente de aldosterona plasmática (en ng/dl) entre actividad de renina plasmática (en [ng/ml]/h) (3). Si el cociente es menor de 20, se excluye el diagnostico de hiperaldosteronismo primario, mientras que un cociente mayor de 50 hace que el  diagnóstico sea muy probable.
La elevación plasmática del sulfato de deshidroepiandrosterona o la presencia de un nódulo grande puede indicar un adenoma cortico suprarrenal.

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