GENÉTICA,
HERENCIA Y OBESIDAD
Así funciona el gen de la obesidad
La epidemia de obesidad que asola el mundo
podría tener una 'cura' gracias a este descubrimiento.
No hay
duda. La genética es
importante en la obesidad. Un equipo de científicos dirigidos
por investigadores del MIT y de la Escuela de Salud Pública de Harvard (EE.UU.)
ha identificado un nuevo mecanismo responsable del control del metabolismo humano. Este descubrimiento
podría ayudar con la prevención y tratamiento de una enfermedad que
ya afecta a más de 500 millones de personas en todo el mundo.
El estudio ha sido publicado en la revista The
New England Journal of Medicine.
Los investigadores han analizado los circuitos celulares
implicados en la asociación entre la obesidad y la genética, hallando el punto
clave en el que los adipocitos o células grasas deciden quemar o almacenar la
grasa. Este interruptor del metabolismo explica que el gen FTO actúa
principalmente en las células progenitoras de adipocitos de una manera
independiente del cerebro, lo que delimita las diferencias
-genéticas- que afectan al funcionamiento de las reservas de grasas en nuestro organismo. Según trabaje
esta “sala de control” estaremos en mayor o menor riesgo de sufrir obesidad.
Para llegar a esta conclusión, los científicos estudiaron
muestras de tejido adiposo de un grupo de voluntarios sanos europeos portadores
de la versióngenética relacionada con riesgo de
obesidad y otro grupo de control sin vinculación a este riesgo. Así,
descubrieron como en el primer grupo se activaba una
región muy concreta, localizada en dos genes, Irx3 e Irx5 que actuaban como
maestros de ceremonias de la energía en un proceso conocido como
termogénesis.
“Esta nueva ruta controla la termogénesis en las más abundantes
reservas de grasa blanca y su asociación genética con la obesidad indica que afecta al balance global de
energía en humanos”, explica Manolis Kellis, líder del estudio.
Cambiando una única letra en una secuencia de ADN, los
científicos desactivaron los genes Irx3 e Irx5, logrando la
restauración del proceso de termogénesis y desconectando los genes que
almacenan los lípidos o grasas. Estos resultados “pueden permitir
la edición del genoma como una vía terapéutica para los
individuos portadores del alelo de riesgo y los circuitos celulares
descubiertos podrían permitir controlar el ‘interruptor maestro metabólico’
tanto en los individuos de riesgo como en los que no lo son y así contrarrestar
el entorno o el estilo de vida, factores que contribuyen a la obesidad”, aclara
Kellis.
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